Gracias a los cuidados y prevenciones tomados por el Hogar San José de Recoleta y el Hogar Providencia de Valparaíso, al cierre de la edición de este noticia no había residentes contagiadas con COVID-19 en estas instituciones dependientes de la Fundación Bernarda Morin.
Los dos hogares han seguido estrictas medidas para evitar la entrada del Coronavirus, cerrando completamente las visitas externas de apoderados, amigos o familiares de las residentes, además de acomodar los turnos del personal y realizar un completo protocolo de higiene y desinfección para el ingreso de las y los trabajadores, entre otras acciones.
El Hogar Providencia de Valparaíso tuvo que habilitar una sala especial para todo el proceso de desinfección del personal, e incluso comenzar a elaborar parte de su propio material de protección. “Gracias a Dios hay tres personas en el Hogar que sabemos coser, así que hemos estado haciendo mascarillas, zapatillas, gorras, blusones y pantalones de protección”, indica Hna. Elvira Letelier, directora de la institución. Para llevar adelante todas estas medidas de resguardo de la salud el hogar además ha podido contar con la asesoría directa de la Dra. Teresa Veas, a quien se agradece.
En Valparaíso las residentes se han acostumbrado sin mayores problemas a las nuevas medidas, manteniendo una buena disposición. “Las abuelitas están bien. Se mantienen animosas y contentas, dándose cuenta de todo lo que está pasando. Esto incluso ha servido para unirnos y hacer más familiar todo el ambiente en el Hogar”, cuenta Hna. Elvira.
Lamentablemente en el Hogar San José ha sido más difícil para las residentes acomodarse a estas nuevas condiciones. “Ha sido complicado porque algunas salían con sus familias o las venían a visitar seguido y ya no se puede, entonces se les acaban un poco las fuerzas. Algunas tienen bastante ansiedad y no pueden dormir bien. Entendemos que es parte del proceso y con el personal tratamos de que la vida se mantenga normal para todas ellas”, comenta la directora de la institución, Sra. Rosa Rubio.
En ambos hogares los apoderados han comprendido que todas las medidas se toman para proteger a las residentes y han colaborado bastante. De igual manera el personal, que se ha tenido que ajustar a las nuevas condiciones laborales, lo que las directoras destacan. “Estoy muy agradecida de Dios porque él nos protege. Y también quiero dar gracias al personal porque de verdad se han comprometido en su trabajo”, indicó Hna. Elvira. “Estoy eternamente agradecida de nuestro Padre Providente, que es quien nos ha acogido y acompañado en este tiempo. Y también doy gracias a las familias de las residentes y al personal, que ha sido muy fiel en esto y se ha notado”, añadió por su parte la directora Rosa en Recoleta.
Desde la Fundación Bernarda Morin también se agradece y envían felicitaciones a cada uno/a de los integrantes de los distintos equipos de ambos hogares, por su gran compromiso y responsabilidad, lo que permite entregar estas buenas noticias. Confiamos en que sus esfuerzos seguirán teniendo buenos frutos.