Debido a la crisis sanitaria que vive nuestro país, en estos meses el Jardín Infantil Providencia de Valparaíso, perteneciente a la Fundación Bernarda Morin, se ha debido adaptar para continuar educando a distancia a niños y niñas, lo que solo ha podido ser posible gracias a la directa colaboración de sus apoderados/as y familias.
Durante junio, uno de los temas tratados en uno de los niveles fue el cuidado de las plantas, cuyo objetivo de aprendizaje fue que las y los pequeños aprendieran a distinguir progresivamente una amplia variedad de animales y vegetales, en razón de sus características. Para esto, las educadoras enviaron a los apoderados distintos recursos por correo electrónico.
El método de trabajo considera la retroalimentación de la familia. Es decir, que a su vez desde los hogares se haga llegar al jardín observaciones, imágenes y videos de las y los párvulos llevando a cabo la actividad. En este sentido, el apoyo de la familia es fundamental, lo que destacan en la institución. Así, se ha observado que el aprendizaje se realiza en un ambiente grato, donde los niños y niñas se ven contentos y muy interesados.
“Tuvimos que replantearnos la forma de entregar de estos contenidos”, indican desde el jardín infantil, “por ello junto a los diferentes aprendizajes y sugerencias, anexamos cuentos, técnicas de contención de la ansiedad y videos realizados por las tías de salas”.
Como ejemplo, desde marzo cada semana también se envía a las familias un video educativo para fomentar el aprendizaje a través de las neurociencias. “La recepción por parte de los niños y niñas, como también de los apoderados, ha sido muy positiva. Participan con entusiasmo y nos envían de vuelta videos y fotos como evidencia, agradeciendo estas instancias”, explica Dulcamara Lucero Cerna, técnico en educación parvularia del jardín infantil.
Fuente: Jardín Infantil Providencia de Valparaíso.