La Fundación Bernarda Morín se crea para dar un mejor funcionamiento a las obras de acción social desarrolladas por las Hermanas de la Providencia en Chile, quienes desde su llegada al país en 1853, se dedicaron al cuidado de las niñas y niños huérfanos y con posterioridad a servir a las personas empobrecidas, donde fuere necesario.
En el artículo 1º de sus estatutos se establece que: “La Fundación debe ser una expresión institucional de la Providencia de Dios, que vela siempre sobre su creación, atenta a las necesidades de todos». Esta tiene por objeto abrir, fundar, establecer, organizar, dirigir y mantener hogares de menores internados, centros de atención abiertos, jardines infantiles, salas cunas, casa de hospedajes para niños – niñas y jóvenes abandonados, de escasos recursos, o en situación irregular; hogares de ancianos, y todo tipo de establecimientos de asistencia social y humanitaria.
Para mantener estos servicios se ha asociado colaborativamente con organismos públicos, entre los que destacan Senama (Servicio Nacional del Adulto Mayor), Sename (Servicio Nacional de Menores) y Junji (Junta Nacional de Jardines Infantiles).